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Con motivo de la 22ᵉ edición de la Semana del Sonido de la UNESCO, una encuesta de OpinionWay, realizada para La Semaine du Son, revela una situación preocupante: la contaminación acústica perjudica gravemente la salud auditiva de los franceses, con repercusiones especialmente alarmantes entre los más jóvenes.

La encuesta realizada por OpinionWay entre los franceses pone de manifiesto el impacto percibido del ruido en la salud auditiva de todas las generaciones: – El 49% de los franceses afirma sufrir pérdida de audición debido a la exposición al ruido. – El grupo de edad de 18 a 24 años se ve especialmente afectado, con un 60% de problemas de audición inducidos por el ruido, una cifra que les sitúa incluso por delante de los ciudadanos de la tercera edad (45% entre los mayores de 65 años). – Otra consecuencia de la exposición excesiva al ruido es el tinnitus: el 44% de los franceses lo padecen, y esta cifra se eleva al 53% entre los adultos jóvenes, potencialmente relacionado con prácticas como escuchar música demasiado alta en discotecas, en conciertos o simplemente con auriculares. Además de los efectos sobre la audición, la contaminación acústica es una fuente importante de estrés para casi tres cuartas partes de la población (72%). – De los distintos tipos de contaminación acústica que más irritan a los franceses en su vida cotidiana, los más molestos son las conversaciones telefónicas de otras personas, en espacios públicos o en los transportes públicos (47%).

– Le siguen los ruidos producidos por los vehículos de dos ruedas (38%), muy por delante del ruido de las obras (30%) y de la música y los sonidos producidos por los teléfonos u otros aparatos en los espacios públicos (30%). – Por último, hay que señalar que el 17% de los franceses declararon haber tenido un altercado directo con los vecinos en 2024 a causa del ruido. Este estrés, que puede afectar tanto a la salud mental como a la calidad de vida, es un problema de salud pública que sigue estando muy infravalorado. Los estudios han demostrado la relación entre el ruido (sobre todo del tráfico aéreo, por carretera y ferroviario) y el aumento del uso de medicamentos para tratar la ansiedad y la depresión. El ruido también tiene un impacto significativo en el rendimiento cognitivo de los niños, provocando dificultades de aprendizaje y una disminución de su capacidad de atención.

Por último, la encuesta pone de manifiesto un desconocimiento preocupante de los umbrales de ruido peligrosos: – Sólo el 43% de los franceses calcula correctamente los niveles de decibelios aceptables para proteger su audición – El resto desconoce (33%) o se equivoca (24%) sobre los límites que no deben superarse, lo que subraya la necesidad urgente de educar a la población sobre los riesgos asociados al ruido.